Las mujeres en el romance feelgood: autocompasión, fuerza y nuevos retos
Te cuento cómo son las mujeres de la nueva romántica y, en concreto, del romance feelgood que escribo.
Durante años, las novelas románticas han cargado con una reputación de amores tóxicos y relaciones de dependencia del hombre o mujeres que hacen sacrificios desmesurados. Ya lo decía
en su artículo «A veces el amor apesta y punto», que te aconsejo leer. Estamos acostumbradas a historias donde las protagonistas se pierden a sí mismas en nombre de un amor que todo lo consume y que es el objetivo final en el que sentirse plena y dichosa.Pero algo está cambiando y me enorgullece formar parte de ese cambio. En el romance feelgood, el amor no significa olvidarte de ti misma para ser el apéndice de otro/a. Significa encontrarte, ponerte en el centro, valorarte.
Mis protagonistas son mujeres reales, imperfectas (como te contaba en mi Carta anterior) y, sobre todo, conscientes de que el primer amor que deben cuidar es el que sienten por sí mismas. Son mujeres que no se avergüenzan de ser autocompasivas, de mostrarse vulnerables o de tomar las riendas de sus vidas. Porque en el fondo, el compromiso más importante no es con los demás, sino con nosotras mismas.
Compromisos que transforman
Cuando creo a las protagonistas de mis historias, veo a mujeres enfrentándose a los compromisos que define la adultez: cuidar de su familia, cumplir con responsabilidades laborales, lidiar con sus propios sueños y contradicciones. Pero también veo a mujeres que deciden comprometerse con su propio bienestar. Mujeres que entienden que, para amar a los demás, primero necesitan aprender a amarse.
La autocompasión, a menudo malinterpretada como indulgencia, no es más que un acto de coraje. Mis personajes la descubren cuando atraviesan momentos difíciles, cuando la vida las pone a prueba y, en lugar de juzgarse o criticarse, eligen tratarse con amabilidad. Y es en esa amabilidad donde encuentran la fuerza para seguir adelante, para construir una vida en la que no solo sobrevivan, sino que realmente vivan.
El amor no es sacrificio: es equilibrio
El romance feelgood no glorifica el sacrificio, ni vende la idea de que el amor debe ser sufrido para ser auténtico. Al contrario, muestra relaciones que se construyen desde la igualdad, el respeto mutuo y la capacidad de compartir sin perderse en el otro.
Mis protagonistas no esperan a que alguien las rescate; son ellas quienes aprenden a rescatarse, a decidir qué quieren y qué no están dispuestas a aceptar. Sus historias no son solo de amor romántico, sino también de amor propio, porque entienden que el amor de pareja no puede llenar vacíos que nosotras mismas debemos aprender a cuidar.
Autocompasión como acto revolucionario
La mayoría (por edad de mis lectoras) hemos nacido en una sociedad que nos enseña a ser duras con nosotras mismas, a exigirnos cada día más, donde practicar la autocompasión es casi un acto revolucionario. La autocompasión no es tratarse como a una víctima, al contrario, significa darte permiso para descansar, para equivocarte, para cuidarte con la misma ternura con la que cuidas a los que amas.
Mis historias están llenas de mujeres que descubren esto a su manera. Algunas a través de pequeños gestos, como regalarse un tiempo para disfrutar de su pasión, reencontrarse con un lugar que las hace felices o simplemente detenerse a respirar y darse cuenta que la vida es algo más que lo que han vivido hasta ahora. Otras lo hacen enfrentando grandes retos, poniendo límites donde antes había silencios o aprendiendo que no tienen que hacerlo todo solas y que sus elecciones son tan válidas como la de sus parejas.
Escribir desde el compromiso con lo real
Cuando escribo, siempre tengo en mente que mis historias deben ser un reflejo de lo que muchas mujeres vivimos. No quiero contar cuentos de hadas inalcanzables, sino historias que inspiren desde lo real. Quiero que mis lectoras vean en mis protagonistas un poco de sí mismas y que encuentren en sus recorridos una pequeña chispa de esperanza para sus propios caminos.
El romance feelgood no idealiza. No dice que todo será perfecto, pero sí nos recuerda que el amor, cuando es sano, puede ser el motor que nos impulse a crecer, a sanar, a ser más nosotras mismas.
Mis mujeres, mis historias
Si te acercas a mis novelas, encontrarás protagonistas que ríen, lloran, se equivocan, se caen y vuelven a levantarse. Mujeres que revisan sus pasados para construir un futuro mejor, que no buscan ser perfectas, pero que aprenden a ser fieles a sí mismas. Mujeres que no ven el amor como una prisión, sino como un espacio donde florecer, donde ser libres y crecer desde esa libertad acompañada (o sola si así lo decide).
Donde brillan las estrellas, Tú, mi lugar favorito, Un viaje a lo que fuimos, Destino: Navidad, Il mio cuore, La mentira que te trajo a mí... cada una de mis historias está impregnada de este compromiso con una nueva forma de vivir el amor. Una forma en la que ser fiel a ti misma no está en conflicto con amar a otra persona.
Me repito y lo seguiré haciendo hasta que el mensaje cale: el romance feelgood no solo cuenta historias de amor; cuenta historias de vida, de esperanza, de autocompasión. Y, sobre todo, de mujeres que deciden ponerse en el centro, donde debemos estar.
Y esta es una de las revoluciones que está viviendo la novela romántica (aunque feelgood no sea un subgénero de la misma, se tocan y se mezclan en muchas ocasiones). Hace unos días leí una reseña sobre una de mis novelas en Amazon que destaca la sutileza y buen gusto de las escenas íntimas. El romance feelgood no es sentimentalismo y fundido en negro, hay sensualidad porque forma parte de la vida de la mujer, pero no se centra en ese erotismo, a veces de dominación, de otras novelas románticas. Lo ideal, para mí, es la diversidad que encontramos dentro del género. Como escritora, huyo de las relaciones tóxicas o de poder desigual, de las dependencias emocionales y sexuales, de todo lo que no sea una mujer real que sabe lo que quiere cuando acaba la novela y ha hecho ese viaje de descubrimiento, con coraje para ser, con valentía para estar, con esperanza para construir y mejorar.
¿Lo habías visto de esta manera?
Con amor,
DdB
La evolución del romance es el paso lógico y es genial saber que existe esta consciencia y se están haciendo cambios!
Me ha encantado! 🖤