Cuando leo me pasa como cuando escribo, y es que me transporto al lugar dónde se suceden los hechos de la novela. ¿Te pasa?
Llevo semanas viviendo en un pueblo de Estados Unidos aunque mi cuerpo físico esté en España. Vivo dos vidas mientras leo y vivo dos vidas mientras escribo.
He terminado hace poco la novela «Lo que la nieve susurra al caer» de María Martinez (me ha gustado mucho) dentro de la iniciativa lectora de Raquel Attard, y a leerla me he conectado con mi última novela, aún sin publicar, porque también se desarrolla en un pueblo pequeño de Estados Unidos cerca de un lago. Casualidades que me encantan porque esas conexiones nutren, y mucho, al alma de una escritora.
He creado un universo que se ve ampliado con las lecturas no buscadas. Ha llegado a mí de rebote y no puedo estar más feliz.
Sí, amigas lectoras. Después de cinco novelas en Escocia, dos en Italia y dos en España, decidí dar el salto a otro continente.
Y es que preparar una novela es como viajar.
Desde que tienes la idea del lugar al que quieres ir y empiezas a buscar opciones e información, ya estás viajando.
A veces nos preguntan la razón de ubicar nuestras historias fuera de España (o del país en el que vivimos o del que somos), como si fuera una afrenta. Me remito y hago mías las palabras que escuché a la escritora Lorraine Coco en una entrevista: nos gusta tanto viajar y es tan difícil visitar y vivir en tantos sitios durante una vida, que los visitamos con la imaginación.
Buscamos y nos sumergimos en dichos lugares a través de Internet, lecturas, documentales, conversaciones, consultas a otras personas… Nos vemos allí e invitamos a los personajes que creamos para que vayan en nuestro lugar.
No importa si ese destino existe o lo inventamos.
Siempre he dicho que me hubiera gustado vivir en diferentes países. No ir de turista, sino vivir una temporada y sentirme como una vecina más.
Ahora, mientras reviso y pasa el tiempo hasta que publique mi siguiente novela, soy una más en un pueblo inventando a orillas de un lago real de Estados Unidos. Ese es mi hábitat hasta que inicie el siguiente proyecto que, con toda probabilidad, se desarrollará en el mismo lugar.
También tengo en revisión otra novela situada en Nueva York que no sé si publicaré. Siento que algo falla y por eso está en barbecho hasta que sepa qué modificar. He aprovechado mi «viaje» a la Gran Manzana para escribir un relato para una antología que hemos preparado varias autoras por San Valentín y que será gratuita durante unos días. Es una iniciativa preciosa y muy amorosa de Lidia Pecero y Galya Dante dentro del Club de lectura grupales de autopublicados. Sigue atenta a nuestras cuentas de Instagram para estar informada.
Por mi parte, continuo viajando y trazando rutas para que vengas conmigo a visitar los lugares en los que viven mis personajes.
Prepara la maleta que nos vamos.
Con amor,
DdB
Así de bonito es el recopilatorio de relatos por San Valentín: